En el “Santuario” aún se encuentran sus huellas, en algunos abrigos rocosos encontramos rastros de su pasado, la piedra del “sacrificio” nos conduce al pasado y en la imaginación aparecen los antiguos “Cajamarcas” realizando sus ofrendas, sus sacrificios al gran Catequil que por aquel tiempo sobresalía entre las deidades de este enigmático lugar.
Estar en el bosque de piedras, es caminar por el pasado, respirar la tranquilidad que a muchos nos falta, es ver el claro azul del cielo serrano, es escuchar el cantar de los pájaros carpinteros que al pequeño descuido rompen el sepulcral silencio, es escuchar el silvido del Ichu dándonos la bienvenida a su terruño; la oscura piel de sus caminos, nos conduce a la casa de Apolonia, su típica vestimenta nos distrae la vista, su alegre dejo cajamarquino nos conduce hasta nuestras raices, nos invita a degustar de sus chicharrones, su choclo con queso o su infaltable canchita serrana.
Si vas a pasar por el túnel natural, no olvides pedir tu deseo en la parte más oscura, si sales sin “novedad”, la ruta continua, y si la imaginación te acompaña, encontraras a una gigantesca iguana tomando el sol entre las rocas, el caballito de mar también hace su aparición asi como el lobo, el águila o el infaltable pirata, muchos aseguran haber visto al mismísimo Inca con su infaltable mascaipacha, y a alguien escuche decir que la gigantesca y caprichosa roca de la parte más alta se parece a la Virgen María, acompañada de José y el niño, si ustedes llegan con la mochila llena de imaginación y un poco de fe en los bolsillos alcanzarán ver a ellos y a muuchos más.
El aspecto natural no es todo, al final del pequeño cañón rodeado de roca volcánica, nos encontramos con la quebrada que conduce las aguas hasta el océano Pacífico a traves del río Jequetepeque, es impresionante y hasta increíble ver como estas aguas van venciendo la fuerza de la naturaleza hasta llegar al “divortium acuarium” (3510msnm) y a partir de ese punto descender por las laderas de la colina que finalmente llegan a la ciudad de Cajamarca, entendiendo que las aguas del valle cajamarquino son trasladados por los ríos Chonta y Mashcón hasta formar el Cajamarquino, es éste el que va a desembocar al Condebamba-Crisnejas y luego al Marañón, este finaliza en el Amazonas y de allí al lejano Océano Atlántico, increíble no ????? Sucedió en Cajamarca.
Se dice que “Cumbemayo” significa río fino, en alusión al canal finamente tallado en roca volcánica, decorado con ángulos finamente terminados, y petroglifos que intentan alcanzarnos alguna pista de quienes se dieron la molestia de dejarnos tán importante legado pues no por puro gusto es conocida como la más importante obra de ingeniería hidráulica de América Pre-Colombina.
Los más de 3000 años que han pasado por su cause, no han hecho otra cosa mas que acentuar su importancia, y es merecedora de miles de visitantes de todas partes del orbe, aún hasta de los más ignorantes alumnitos de colegios de “Promo” que con el estúpido propósito de escribir sus nombres o los de su colegio, dejan huellas de su ignorancia con el spray entre las rocas.
Fue el Dios del rayo, y su presencia esta íntimamente ligada a la presencia de la lluvia, gracias a nuestro “Catequil” , la lluvia nos permite continuar con la esperanza de vida, pues humedece el corazón de la pachamama y nos bendice con sus diversos alimentos como: maiz, ocas, ollucos, habas, papas, etc etc, fue el gran CUMBEMAYO la fuente de vida de nuestros antepasados y es la fuente de vida de la historia que con nuestra ayuda, será muy difícil que pase al olvido, se encuentra a 40 minutos de la histórica ciudad de Cajamarca, a 3600 msnm.
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